Somos argentinos, una rara especie



Nunca nos detenemos para hablar de nosotros mismos. Hacer una autocrítica y ver nuestro centenar de defectos nos resulta una tarea casi imposible. Por sobre todas las cosas nos creemos “perfectos”. Lo sabemos todo, podemos hacer las cosas más increíbles, les ganamos a todos y siempre la tenemos más grande que cualquiera. Y esto, que es una metáfora muy argentina, se refleja en todas las cosas…”a ver ¿quién la tiene más larga?”...Somos una especie rara, hasta se podría decir difusa. Es difícil definir al argentino y tal vez la generalización lo haga más complicado aún, pero tenemos rasgos distintivos muy marcados.
En los momentos críticos nos unimos, pero eso dura algunos meses hasta que nos dispersamos, para atender cada uno su juego, sin pensar en conjunto, sin pensar que somos una nación (El concepto de nación describe a una agrupación mayor de personas que se constituye a partir de sus costumbres y tradiciones. Es una sociedad consciente de ello que se basa en lazos primordiales y sólo existe porque sus miembros se confiesan parte de ella)
¿Nos confesamos parte de nuestra nación?.... ¿Nos sentimos parte de ella? ¿O sólo somos argentinos cuando ganamos algo?... ¿ Y los fracasos argentinos no son parte de nosotros?...¿Seremos una quimera sin aceptarlo?...¿Seremos una utopía andando?... Cuantas preguntas sin ninguna respuesta…
Quiero reflejar algo que me pasó a fines de 2006, para ser más preciso el 20 de diciembre. Aquel día se cumplieron 5 años de la crisis de diciembre de 2001. Los diarios me recordaron esos hechos que con seguridad nuestros predecesores leerán como historia. Entonces pensé lo lejos que estamos de aquellos sucesos. No sólo por el tiempo, sino que también en lo ideológico. Recuerdo a centenares de personas recibiendo a los piqueteros con aplausos. Veo retrospectivamente las manos unidas en los cacerolazos. Todo fue una coyuntura que no prosperó con los años. El nacimiento de las asambleas barriales parecía un hito. Hoy un lustro después apenas existen…y si siguen con vida tienen mucho menos fuerza que en aquel momento. Todo se diluye y muy pocas cosas se sostienen.
Por estás cosas y por tantas otras somos argentinos…enérgicos y apagados a la vez. Furiosos y apacibles. Rebeldes y mansos. Blanco y negro, grises al fin…Sin dudas contradictorios….
Creo que ante todo vamos siempre detrás del carro, aunque creemos que vamos adelante y en la conducción. Nunca prevemos nada y cuando pasan las cosas solemos decir “yo sabía que iba a pasar”….ahora yo me pregunto ¿por qué no nos adelantamos a los hechos y dejamos que ocurran?...¿nunca aprendimos que es mejor prevenir que curar?...¿será que nos sentimos previsores de todo, cuando en realidad nunca podemos ver más allá de nuestros ojos? Muchas preguntas sobre este tema me quedan dando vueltas por la cabeza, pero no las puedo responder.
Podría escribir hasta el hartazgo sobre todos nuestros defectos. Me parece que no es necesario. Cada uno sabe en su fibra íntima que errores comete y que cosas hace mal. Es hora de construir un país y una nación próspera, aunque parezca un horizonte lejano.
Sólo creo que se puede…¿vos qué pensás?...

Comentarios

Entradas populares